ChodowieckiStr. Incident
ChodowieckiStr. Incident
Agosto de 2007
Desde que leímos el mail donde decía que no vendrían a recogernos al aeropuerto, supimos que había algo raro.
No sabíamos que iban a ser unas verdaderas vacaciones de terror.
Tomamos un taxi y llegamos a su casa.
La convivencia durante 2 semanas en un departamento con otra pareja de amigos, (llamémoslos A y B) puede llegar a convertirse en un monumento a la intensidad.
Tengo que decir que esta pareja de amigos es muy peculiar. Son muy divertidos, ante todo.
Ambos son de carácter fuerte y dominante, son caprichosos e hijos únicos de familias adineradas Europeas. Osea unos juniors totales. Pero son buenas personas y son nuestros amigos.
Obviamente la ciudad (Berlín) es tan maravillosa que 2 semanas libres no hacen mas que desear que las vacaciones duraran para siempre! Es una ciudad grande y hermosa, llena de parques y agua por todos lados. Hay una vegetación increíble! Con A y B fuimos a mil lugares. Nos llevaron a cafés, restaurantes, discotecas, parques, tiendas de todo tipo, mercados de segunda mano, museos, casas de otros amigos, etc. Nos pasearon parriba y pabajo. Hicimos buen shopping.
La pasamos chingón con ellos, esa es la verdad pero la convivencia al llegar a casa hizo crecer la tensión.
Para empezar hay que decir que las 2 mujeres de la casa, osea yo y B tenemos muy buena relación (considerando que tenemos muy poco tiempo de conocernos). Nos queremos y nos respetamos. Somos amigas.
Nunca nos hemos peleado, somos casi cómplices, pero a veces es la peor enemiga. La tensión que provocaban sus constantes peleas con A hacían el ambiente mas espeso que un atole. Sus caprichos y malos modos nos tenían a todos hasta la madre y cada vez era peor. Había algo raro entre nosotras. Dos locas bajo el mismo techo es algo difícil de aceptar y para colmo su locura opacaba a la mía.
Por otro lado, los dos chicos, Santiago y A como buenos hombres, son fieles amigos y buenos compañeros de reventón. Todos los días querían salir por la noche. Nosotras tratábamos de que no fuera tan intenso y hasta tan tarde pero al final cedíamos felices y terminábamos hasta el moco con ellos viendo la luz del día entrar por la ventana mientras nos metíamos a la cama. Así pasamos casi 12 días.
Pensamos que el peor momento había pasado porque ellos preparaban su mudanza para irse a su nuevo depa en Paris. Sólo teníamos que ayudarles con todo. Nosotros nos podíamos quedar solos en su casa por 3 días mas!!!! Se acabarían los gritos y las peleas. No más carrilla barata. El problema era que con tanto reventón no habían empacado todas sus madres. Inconscientemente nos culpaban por estar tan atrasados.
Un par de días antes empezaron a empacar cajas con sus cosas. El nos pidió ayuda y le empacamos sus libros y ropa en 5 o 6 cajas bastante pesadotas. Era obvio que empezaba a hacerse pendejo boicoteando su propia mudanza. Casi no cargó ninguna caja con sus dos manitas.
A estas alturas ya habíamos descubierto sus verdaderas personalidades. Los conocíamos mejor y nos sorprendían sus mentiras y sus dramas.
Que viva la vida mas sencilla y sin tanto faroleo!
Ella es estilista y tiene un chingo de ropa. Colecciona ropa, digamos. Pero lo digo sin miedo a exagerar. Tiene mucha ropa y zapatos y bolsas. Entonces su malhumor (clásico en una mujer que hace una mudanza) y su desesperación por terminar a tiempo, junto con fantasmas del pasado y pocas ganas de mudarse hicieron de esas ultimas horas una verdadera pesadilla. B no me dejó ni acercarme a su closet, me repitió mil veces que no quería mi ayuda. Yo sentía que ella quería que nos largáramos todos de ahí, incluido su inútil novio.
El tiempo pasaba y cuando faltaban sólo 4 horas para que se fueran (salían a las 4 de la madrugada) nos aguantamos mas y nos fuimos a dormir. Habíamos cargado la camioneta con todo. Hasta con un sofá y 4 sillas. No podíamos ayudarles en nada mas y llevábamos muchas horas sin dormir. Habíamos tomado mucha cerveza y lo que sobraba de cocaína. Estábamos muertos.
Prometieron despertarnos antes de irse.
8:50 AM
Silencio en toda la casa.
Una sensación de libertad y de calma deliciosas reinaban en el ambiente. Pero el cielo estaba mas gris que una rata de metro. Disfrutamos pocas horas de tranquilidad porque justo antes de que cayera el segundo diluvio universal, llegó el Excompañero de piso de A.
Un francés gay, medio pesado con el cual se había peleado mientras vivían juntos. Entendíamos que seguro A le había jugado chueco o lo había corrido el piso. (Si yo siempre lo he dicho, cuando vives con alguien o te haces su amigo o se convierte en tu enemigo)
Total que el francés sabía que la casa estaría vacía y venía a recoger sus cosas. Cuando nos dijo vengo por el refri, el horno y los entrepaños del clóset, Santiago y yo temblamos. Estábamos saboreando cocinarnos algo con nuestro súper recién comprado. Nos la pelamos big time. Nos dejaron sin horno y sin refri y con una bolsa de comida fría. El clóset estaba cerrado con llave y nunca entendimos porque. El francés se veía muy molesto por esto. Las repisas eran suyas y estaba dispuesto a forzar la cerradura para llevárselas.
Por suerte estaba lloviendo tan fuerte que decidió irse y regresar al día siguiente para ver si podía conseguir la llave.
Logramos salir a la ciudad para disfrutar del penúltimo día. Dejó de llover y salió el sol. Caminamos hasta el Guggenheim y vimos una expo increíble de Phoebe Washburn. Una fábrica de pasto inútil y absurda. Pero hermosa y funcional. Quedamos felices y hasta nos inspiramos. Comimos por ahí y luego paseamos por Karl-Marx Alle, una calle muy vieja y muy larga con arquitectura comunista impresionante. Cuadras enteras de edificios exactamente iguales y grises. De regreso disfrutamos del atardecer rosa y morado típico del cielo nublado de Berlín.
Volvimos caminando para encontrarnos con la peor parte de toda la fucking vacación. En la puerta había una nota escrita en alemán de la oficina de la Inmobiliaria P.I.K.. Los pendejos de A y B llevaban meses sin pagar alquiler y debían cuentas de luz, agua y gas. Les habían cambiado la cerradura y para recuperar sus cosas debían llamar a la oficina. Que estarían pensando? Que podían fugarse sin pagar? Jajajajajajaja. Pobres ilusos.
Pero los jodidos en ese momento éramos nosotros. Con nuestras maletas y pasaportes tomados como rehenes porque los otros no habían pagado el alquiler. Entramos en pánico. El teléfono de Santiago se quedó sin batería y casi nos quedamos sin el teléfono de nadie. Llamamos a nuestro amigo A en Paris para ver que onda pero obvio que él no iba a resolver nada desde ahí. Llamamos a Lolo. Un exnovio de B, probablemente la mejor persona que conocimos en todo el viaje. Un tipo de Munich, bonachón, trabajador y responsable. Reventado pero con los pies en la tierra. No entendemos como pudo llegar a ser novio de B!
El también lo sabía, iba a ser nuestra salvación. Eran las 8:30 de la noche y empezaba a oscurecer. Pasaron unos jóvenes que nos tradujeron la misteriosa nota. Había que esperar a mañana para llamar a las oficinas. Lolo era nuestra única esperanza para conseguir lugar donde dormir. Hablamos con el y muy feliz y amablemente nos recibió en su casa. Estaba cocinando un típico postre de Bavaria, la región mas al sur del país.
Unos tipo hot cakes pero sin la clásica forma redonda. Mas bien como una masa revuelta con pasitas. Se le añade azúcar glass y unas ciruelas en almíbar. Delicioso! Comimos 2 platazos cada uno!
Dos amigos de el reposaban placidamente en la cómoda sala viendo un partido amistoso entre Inglaterra y Alemania. Nos relajamos un poco pero por dentro temíamos lo peor. No recuperar nada de nuestras cosas era lo que mas miedo nos daba.
Esperamos la noche y logramos descansar un poco.
Soñamos profundamente.
Al día siguiente, nuestro último en la ciudad, amanecimos temprano esperando la llamada que Lolo tenía que hacer para reclamar nuestras cosas. No tanto por lo del cambio de la cerradura pues sabíamos que tenían razón en hacerlo. Solo pedíamos 10 minutos para empacar y salir de ahí. Luego podían volver a cerrar la puerta. For all we cared.
Lolo llamó y dejó sus datos. Le dijeron que había que llamar al abogado de la Inmobiliaria a las 12 AM y apenas eran las 9:30.
Decidimos ir a dar una vuelta por ahí ya que Lolo tenía que ir a su oficina a trabajar y teníamos que matar tiempo hasta entonces. Fuimos en su coche y caminamos cerca de ahí durante una hora. Entramos a un par de tiendas y terminamos en un ciber café donde me negué a checar mis correos. Estaba demasiado nerviosa.
Antes de las 12 sonó mi teléfono, a punto de morir sin batería pues el maldito cargador estaba adentro del depa, cagado de risa y Lolo nos dio la buena noticia de que nos abrirían la puerta para sacar nuestras cosas.
A las 12:30 nos quedamos de ver en el depa. Calle Chodowiecki numero 28. Llegamos 15 minutos antes y nos sentamos en la escalerita de la entrada a esperar a Lolo y al que nos viniera a abrir. En eso apareció de la nada un hombre rubio, con dientes amarillos y una gran sonrisa vestido con un traje con peto y tirantes gris y las iniciales P.I.K. bordadas del lado izquierdo de la camisa blanca. Cerca del corazón. Un personajazo tipo de película de David Lynch. De esos que hay muchos en Berlín. Dijo unas palabras incomprensibles en alemán y preguntamos si hablaba inglés. Contestó que no pero de alguna extraña forma nos entendimos. Era The Key Master. Le pedí que nos diera solo 10 minutos.
Subimos al primer piso y sacó de un enorme llavero una llave con la que abrió la puerta. Todas las llaves eran iguales. Salimos corriendo al cuarto y empezamos a meter todas las cosas en las maletas apachurrando todo y usando una bolsa extra para meter todos los zapatos y cosas que habíamos dejado por ahí. Juntamos lo del baño y dimos una ultima mirada al depa que tantas locuras vio pasar. Checamos que no dejáramos nada y salimos en chinga. Creo que no tardamos ni 10 minutos y estábamos afuera celebrando. El hombre misterioso volvió a cerrar la puerta y desapareció por donde vino y no lo vimos mas. Agarramos todo y fuimos a casa de Lolo. Dejamos las cosas y salimos a dar el ultimo paseo antes de volver a Barcelona.